Era la primera vez que el amigo Pepe Sabelotodo no se quedaba solo en el bar. Los que lo escuchamos advertimos que, aunque su mensaje no es de felicidad, al menos es de supervivencia.
"Si salís desesperado porque anoche no encontraste súper en ningún lugar no lo calentés: arrancá de una. Dale un aceleradita en primera y pasá directamente a tercera. Al toque, poné la cuarta y peiná despacito el acelerador. Llevalo regulando. Si ves que el semáforo de la otra esquina está en rojo, dejalo en punto muerto que igual llegás. No frenés de golpe. Calibrá bien las gomas, así el auto se desliza mejor. Si el semáforo demora, apagá el motor. Si estás temblando, desesperado, con la reserva en rojo, ni se te ocurra entrar al centro. Mucho menos por la 24. Llevá un bidón vacío y un cospel, por las dudas. Seguí una nueva hoja de ruta para ir al trabajo: una que pase por la mayor cantidad de estaciones de servicio. No frenés: de pasadita, mirá de reojo. Si está llena de conitos, no hay. Encomendate a Dios y proba en la próxima".
Y agregó: "de última, hacé una cosa: pasalo a gas, comprate una bici o andate a vivir al centro".